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La noticia ha sido recibida con alivio por organizaciones defensoras de los derechos de los niños, entre ellas el Centro para la Justicia Acacia, que gestiona una red de asistencia legal para menores migrantes. “Damos la bienvenida a la noticia de que se ha levantado la orden de suspender el trabajo en el Programa de Niños No Acompañados de Acacia”, declaró Shaina Aber, directora ejecutiva de la organización. “Continuaremos trabajando para garantizar que estos servicios críticos, que defienden los derechos básicos del debido proceso de los niños vulnerables, sean plenamente restablecidos.”
Una Respuesta Inmediata ante la Suspensión
El martes pasado, Acacia recibió un correo electrónico del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ordenando la interrupción de sus actividades y el corte de fondos destinados a la defensa de los menores. Con un presupuesto de 200 millones de dólares, el programa permitía a miles de niños acceder a representación legal en sus casos de asilo. Sin estos servicios, menores de hasta dos años habrían tenido que comparecer solos ante un juez de inmigración, enfrentando a abogados gubernamentales sin ningún tipo de asistencia.
La medida desató una ola de indignación entre defensores de derechos humanos y organizaciones de apoyo a migrantes. En menos de 48 horas, más de 15,000 cartas fueron enviadas a miembros del Congreso exigiendo la restauración del programa. El viernes, un nuevo comunicado del DHS anuló la orden anterior y permitió que la organización reanudara su labor.
Un Programa Vital para los Niños Migrantes
Actualmente, Acacia representa a unos 26,000 menores bajo custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR). Además de brindarles abogados, ofrece servicios de interpretación y formación para que los niños mayores conozcan sus derechos.
“Los menores que llegan solos a EE.UU. han sobrevivido a violencia, abuso y persecución. Es inconcebible que se les obligue a defenderse solos en un tribunal de inmigración contra abogados gubernamentales sin asistencia ni orientación adecuada”, expresó Aber.
El proceso para obtener asilo en EE.UU. puede durar años o incluso décadas. Durante ese tiempo, los menores son detenidos por la Patrulla Fronteriza y luego transferidos a la ORR, que los coloca bajo el cuidado de patrocinadores, generalmente familiares o personas cercanas que residen en el país.
Desafíos Futuros y Nuevas Restricciones
A pesar de la restitución del programa, las dificultades para los menores migrantes no han desaparecido. El Gobierno ha implementado nuevas normativas que exigen la toma de huellas dactilares y la recopilación de información sobre todos los adultos en los hogares de acogida. Esta medida podría desalentar a muchas familias indocumentadas a recibir a los niños, dejándolos en un limbo migratorio aún más prolongado.
“Con este levantamiento de la orden de suspensión del trabajo, nuestra labor está lejos de terminar”, advirtió Aber. “Estamos en un momento crítico para garantizar que ningún niño tenga que enfrentar solo el complicado sistema de inmigración de EE.UU.”