El planeta del tesoro, estrenada en 2002, representó una de las producciones más ambiciosas de Disney. Dirigida por Ron Clements y John Musker, la película ofreció una reinterpretación espacial de la clásica novela La isla del tesoro, combinando animación tradicional y tecnología CGI de manera innovadora.
A pesar de las expectativas y una inversión de 140 millones de dólares, la película recaudó solo 110 millones en taquilla, enfrentándose a competidores como Harry Potter y la cámara secreta. Este resultado llevó a Disney a abandonar planes para expandir la historia con secuelas y series.
Sin embargo, la calidad visual y narrativa de El planeta del tesoro ha sido reconocida con el tiempo, ganando un estatus de culto entre los aficionados a la animación. Su enfoque único y la valentía de Disney al explorar nuevas fronteras en la animación la han convertido en una obra apreciada por nuevas audiencias.