Los pandas gigantes son una de las especies más icónicas y en peligro, pero su conservación en cautiverio plantea importantes retos. Investigaciones realizadas en el Reino Unido han evidenciado que los pandas cautivos experimentan letargo, conductas anormales y cambios en sus ritmos circadianos debido a las condiciones artificiales de los zoológicos.
“Los pandas no deberían mantenerse y criarse en zoológicos; nunca podrán ofrecerles lo que es normal para su especie”, señaló Marc Bekoff, catedrático de Ecología y Biología Evolutiva.
A pesar de los esfuerzos de los zoológicos por replicar su hábitat natural, los pandas en cautiverio muestran una actividad física reducida que puede derivar en problemas de salud a corto y largo plazo. Además, su comportamiento reproductivo se ve afectado, como lo demuestra la peculiar práctica de los machos de hacer el pino y orinar para competir, algo observado incluso en cautiverio.
Con más de 600 pandas en cautiverio en todo el mundo, los programas de conservación enfrentan cuestionamientos sobre su efectividad, especialmente en la reintroducción de estos animales a la naturaleza.