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El exmandatario de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, ha cerrado un capítulo importante en su vida al vender su valiosa colección de automóviles de Gran Premio. Se trata de un conjunto de 69 vehículos históricos que, tras más de 50 años de dedicación, ahora tienen un nuevo propietario: Mark Mateschitz, heredero de Red Bull. La operación se realizó de manera privada y alcanzó una cifra estimada de 500 millones de libras (alrededor de 645 millones de dólares), consolidándose como una de las transacciones más impactantes en el mundo del coleccionismo automovilístico.
Una colección de leyenda
Ecclestone, de 94 años, comenzó a reunir estos autos en la década de 1970, cuando aún era dueño del equipo Brabham. Con el paso de los años, su garaje se convirtió en un verdadero museo del automovilismo, con piezas únicas que marcaron hitos en la Fórmula 1. Entre ellas, destacan monoplazas pilotados por Michael Schumacher, Niki Lauda, Stirling Moss y Mike Hawthorn, el primer campeón británico de la categoría en 1958. También forma parte del lote una Ferrari 312 T2, con la que el argentino Carlos Reutemann ganó el Gran Premio de Brasil de 1977.
Además de coches de Ferrari, la colección incluye modelos de Brabham, equipo que Ecclestone dirigió antes de asumir el control de la Fórmula 1 en 1972. Cada vehículo representa una pieza clave en la historia del automovilismo, no solo por su valor competitivo, sino también por su relevancia técnica y simbólica.
La decisión de vender y el futuro de la colección
Para Ecclestone, la venta de su colección no fue una decisión tomada a la ligera. Consciente de su edad y del legado que estos autos representan, el empresario británico explicó que su esposa, Fabiana, no sabría qué hacer con ellos en caso de su fallecimiento. “Tengo 94 años y, con suerte, me quedan algunos años más. Pero no quería dejarle esa responsabilidad a Fabi”, comentó en el Daily Mail.
El comprador, Mark Mateschitz, es una de las figuras más influyentes del mundo empresarial tras heredar el 49% de Red Bull tras la muerte de su padre, Dietrich Mateschitz, en 2022. Su vínculo con la familia Ecclestone y su pasión por el automovilismo fueron clave para que Bernie lo eligiera como el nuevo custodio de la colección.
Mateschitz no solo planea conservar estos vehículos, sino que tiene la intención de expandir la colección y exhibirla en un espacio adecuado para que los fanáticos puedan admirarla. “Es un honor recibir esta colección histórica. Se mantendrá con el mayor cuidado y se hará accesible al público en un futuro cercano”, afirmó el empresario austríaco.
El fin de una era y el inicio de un nuevo capítulo
Con esta venta, Bernie Ecclestone cierra un ciclo que abarcó décadas de historia de la Fórmula 1. Desde su residencia en Suiza y su finca en Brasil, el exjefe de la categoría reina del automovilismo disfruta de su retiro sabiendo que su legado está en buenas manos.
Mientras tanto, los aficionados esperan ansiosos por conocer el destino de estos autos legendarios y la oportunidad de verlos en exhibición. La venta de la colección no solo representa un cambio de propietario, sino también un nuevo capítulo en la preservación del legado del automovilismo, asegurando que estas joyas mecánicas sigan siendo fuente de inspiración para las generaciones futuras.
