Por Valeria Vázquez
El conflicto entre Ucrania y Rusia podría dar un giro significativo tras la aceptación por parte de Kiev de un plan estadounidense para declarar un alto el fuego de 30 días. Este cese temporal de hostilidades dependerá de la respuesta de Rusia, a quien Washington notificará que su reciprocidad es clave para avanzar hacia la paz.

El acuerdo, alcanzado tras una reunión en Arabia Saudí entre delegaciones ucranianas y estadounidenses, también marca el regreso de la ayuda militar y de inteligencia de EE.UU. a Ucrania, después de haber sido suspendida por el presidente Donald Trump como estrategia de presión.
Uno de los puntos más importantes del comunicado conjunto es el compromiso de ambas naciones para impulsar la acción humanitaria, como el intercambio de prisioneros de guerra, la liberación de civiles detenidos y el regreso de niños ucranianos desplazados forzosamente a territorio ruso.
Otro aspecto clave del acuerdo es la futura firma de un convenio entre Washington y Kiev para la explotación de los recursos minerales ucranianos. Este pacto busca no solo reactivar la economía del país, sino también garantizar su estabilidad y seguridad a largo plazo, al tiempo que permita a EE.UU. recuperar parte del dinero invertido en la guerra.
Por último, Ucrania ha solicitado formalmente que Europa sea incluida en las negociaciones, lo que podría ampliar el alcance y la efectividad del proceso de paz. Mientras tanto, el mundo espera la respuesta de Rusia ante esta propuesta que podría marcar el principio del fin de la guerra.