El cuerpo del papa Francisco fue trasladado este miércoles a la Basílica de San Pedro, donde permanecerá expuesto durante tres días antes de su funeral oficial, programado para el próximo sábado. Se espera la presencia de presidentes y dignatarios de países como Estados Unidos, Argentina y Ucrania, entre otros.
La solemne procesión inició en la plaza de Santa Marta, atravesó los lugares emblemáticos del Vaticano, incluido el Arco de las Campanas, y culminó en la entrada principal de la basílica. El ataúd fue llevado a hombros por sus más cercanos colaboradores, escoltado por cardenales y acompañado por una multitud que lo siguió en silencio respetuoso.

El cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell dirigió el acto, rociando agua bendita sobre el féretro y pronunciando una emotiva lectura en la que destacó la labor pastoral de Francisco como obispo de Roma y apóstol de la Iglesia universal.
El ataúd fue colocado frente al altar mayor, sobre la tumba de San Pedro, símbolo central del cristianismo. Miles de fieles han comenzado a rendir homenaje, formando largas filas para despedirse del pontífice argentino.
Como parte del legado reformista del papa Francisco, su cuerpo se presenta en un solo ataúd de madera abierta, eliminando la tradición de los tres féretros utilizados en funerales papales.
