By En un rincón del ring, sudor y esfuerzo. En otro, esperanza y ladridos. Así es como el boxeo amateur está tomando una nueva forma: una pelea por los que no pueden defenderse, nuestras mascotas sin hogar.
Cada vez son más los gimnasios, organizaciones deportivas y amantes de los animales que se unen para crear eventos de boxeo con causa. Estas jornadas reúnen a atletas amateur, entrenadores y espectadores no solo por la pasión al deporte, sino con un propósito mayor: recaudar fondos y donaciones para refugios de animales.
Un golpe de conciencia
La idea es simple pero poderosa: organizar peleas controladas entre boxeadores novatos o intermedios, con entrada libre o a cambio de alimentos, mantas, medicamentos o aportes económicos. Todo lo recaudado se destina a protectoras de animales que luchan día a día por salvar vidas.
Eventos como “Guantes por Patas”, “Ring por una Pata” o “Pelea con Amor” ya han tenido lugar en ciudades como Buenos Aires, Ciudad de México, Medellín y Barcelona, generando no solo impacto económico, sino visibilidad para cientos de perros y gatos en adopción.
La comunidad responde
“Es una forma hermosa de unir dos pasiones: el deporte y el amor por los animales”, cuenta Nicolás, entrenador y organizador de un evento reciente en Bogotá. “Los chicos se motivan más, entrenan con propósito, y los refugios reciben apoyo que normalmente no llega”.
Además, muchos asistentes han adoptado mascotas luego de verlas en exhibición durante el evento. Porque sí, los peludos también tienen su momento en el spotlight: desfilan, reciben cariño del público y, en algunos casos, se van con una nueva familia.
¿Cómo sumarte?
Si te interesa esta iniciativa, puedes:
- Organizar un evento en tu gimnasio o centro deportivo.
- Participar como boxeador amateur en torneos solidarios.
- Apoyar como espectador, llevando donaciones o adoptando.
- Difundir en redes para que más personas conozcan esta causa.
Al final del día, no se trata solo de ganar una pelea en el ring, sino de darle una oportunidad a quienes no tienen voz. Porque cada golpe en nombre del amor animal, cuenta.
