Osmar Olvera se ha convertido en el segundo clavadista mexicano en conseguir dos medallas en una sola edición de los Juegos Olímpicos. Logró este hito en París 2024, al ganar la medalla de plata en trampolín de tres metros sincronizados y el bronce en la modalidad individual. Este logro lo coloca en la misma categoría que Joaquín Padilla, el único que lo había logrado anteriormente en Melbourne 1956.
Con solo 20 años, Olvera está rompiendo récords que fueron establecidos mucho antes de su nacimiento. Desde pequeño, su pasión por el clavado lo llevó a infiltrarse en las albercas de su familia, además de inspirarse al observar a los grandes del deporte, como Padilla.
“He visto vídeos de Joaquín Capilla, de Jesús Mena, de Fernando Platas… y de todos los grandes mexicanos que han ganado medallas olímpicas y han hecho grandes carreras. Ellos me motivan e inspiran, y espero que, en cien años, mis vídeos también puedan inspirar a los clavadistas mexicanos del futuro para que se superen y den lo mejor de sí mismos,” confesó Olvera a Olympics.com.
Olvera expresó su satisfacción por su desempeño en sus segundos Juegos Olímpicos, destacando: “Estoy muy contento y feliz por todo lo que viví en estos Juegos. Venía con el objetivo de ser doble medallista olímpico y lo logré.”
Osmar Olvera ha dejado claro su próximo objetivo: “Quiero el oro en Los Ángeles”. En la línea entre ser inspirado e inspirador, Olvera encarna ambas definiciones.
En su papel de fuente de inspiración, el joven clavadista transmitió un mensaje a través de Olympics.com al pueblo mexicano: “El mensaje que quiero enviar a los mexicanos es que siempre luchen por sus sueños y que nunca se rindan. Aunque les digan que algo es imposible, nada lo es.” Olvera, envuelto en su bandera y con una gran sonrisa, concluyó con un entusiasta “¡Qué viva México!”.
Con la vista puesta en el futuro, el próximo sueño de Olvera no parece inalcanzable. Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 están en su horizonte. “De cara a Los Ángeles 2028, el trabajo comienza regresando a México. Hay detalles que pulir y en Los Ángeles no hay duda: quiero ese oro.”