La reciente elección en Venezuela ha desatado una crisis política que ha captado la atención de la comunidad internacional. El presidente Nicolás Maduro, declarado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE), enfrenta una fuerte oposición que cuestiona la legitimidad de su victoria, alegando que su candidato, Edmundo González, fue el verdadero triunfador.
México, Brasil y Colombia, en un comunicado conjunto, han insistido en la necesidad de que el CNE presente los resultados detallados por mesa de votación, y no consideran que la solución se encuentre en el tribunal. Maduro, por su parte, ha expresado que está “pendiente” una conversación con los líderes de estos países, y asegura estar disponible para hablar en cualquier momento.
La situación se agravó cuando Maduro presentó un recurso de amparo ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para solicitar la verificación de los resultados. Sin embargo, la oposición se ha mostrado reticente a colaborar con este proceso. González, el candidato opositor, no acudió a una citación del TSJ, alegando que asistir pondría en riesgo su libertad.
La presidenta del TSJ, Caryslia Rodríguez, calificó la ausencia de González como un acto de “desacato”, mientras que Maduro describió su ausencia como “escandalosa”, acusándolo de no reconocer la autoridad del tribunal.
En medio de esta tensa situación, las autoridades electorales solo han publicado los números globales de votos, sin detallar el desglose por mesas, lo que ha generado sospechas y críticas tanto a nivel nacional como internacional. La falta de transparencia ha sido un tema central en este conflicto, y la comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos en Venezuela, esperando una resolución que aclare el futuro político del país.