El desgaste con los Cosío
El Atlante, que había firmado un contrato de arrendamiento con los Cosío en 2020, denunció una serie de abuses que llevaron al equipo a tomar la difícil decisión de mudarse al estadio Agustín “Coruco” Díaz. Según el presidente del club, Emilio Escalante, los costos de alquiler del estadio, que ascenden a 7 millones de pesos por torneo, eran exorbitantes, además de que la familia Cosío se quedaba con un porcentaje de las ventas de boletos. Esto afectó gravemente las finanzas del club, que también sufrió el robo de material de entrenamiento.
El enfrentamiento con la administración del estadio culminó con la clausura del inmueble en noviembre de 2024, cuando dos eventos se empalmaron, lo que obligó al Atlante a jugar en otro estadio fuera de la Ciudad de México.
Cruz Azul también en busca de un nuevo hogar
El Cruz Azul se encuentra en una situación similar. Los altos costos, sumados a la infraestructura deficiente del estadio Azul, llevaron a la directiva a buscar alternativas. Además, el estadio ya no cumplía con los requisitos para disputar la Concachampions, lo que obligó al club a pensar en un futuro sin el estadio Azul como sede.
¿Qué sigue para los equipos?
Ambos equipos ya han tomado decisiones firmes sobre su futuro. El Atlante continuará su aventura en Morelos, mientras que Cruz Azul sigue buscando un acuerdo para compartir el Estadio Olímpico de la Ciudad Universitaria con los Pumas, hasta que se resuelva la remodelación del Estadio Azteca.