La FIA ha endurecido las regulaciones en la Fórmula 1, aplicando sanciones más severas por mala conducta, que incluyen el uso de groserías, agresiones físicas y declaraciones políticas no autorizadas. Las multas iniciales ascienden a 40 mil euros y pueden llegar a 120 mil euros, además de la pérdida de puntos del campeonato y suspensiones de un mes en caso de reincidencia.
Las nuevas normas han generado controversia, especialmente tras el castigo a Max Verstappen y Charles Leclerc en 2024 por lenguaje inapropiado. Según el ente rector, el objetivo es “asegurar que las penalizaciones se apliquen de manera uniforme y transparente”, beneficiando tanto a los pilotos como al automovilismo en general.
La FIA comparó estas medidas con las políticas de otras ligas deportivas como la FIFA, argumentando que buscan proteger la integridad del deporte. Los pilotos, por su parte, han expresado preocupación por el alcance de estas reglas, especialmente en lo referente a las declaraciones políticas.