By Una explosión de color, teatralidad y talento vocal. Chappell Roan ha revolucionado el pop con su estética extravagante y su poderosa presencia escénica. Ganadora del Grammy a Mejor Artista Revelación, su ascenso ha sido todo menos convencional, destacándose como una figura queer que desafía las normas de la industria.
Su impactante presentación en Coachella inspirada en la cultura drag, su dominio en redes sociales y su inconfundible sello musical la han convertido en una de las artistas más comentadas del momento. Sin embargo, su camino no ha sido fácil. Antes de alcanzar el estrellato, Roan pasó años en la sombra, enfrentando rechazos, trabajando en distintos empleos y buscando su lugar en la música.
‘Midwest Princess’: el viaje de Chappell Roan
Kayleigh Rose Amstutz, su nombre real, nació en Willard, Misuri, y desde pequeña encontró en el arte una vía de escape. Enfrentó inseguridades, un diagnóstico de trastorno bipolar y una industria que en un principio no supo valorarla. Tras firmar con Atlantic Records y posteriormente ser despedida, Roan regresó a casa, sin empleo ni seguro médico, pero con la determinación de reinventarse.
En 2020, lanzó Pink Pony Club, un tema que marcó el inicio de su renacimiento artístico. Dos años después, el productor Dan Nigro—responsable de éxitos de Olivia Rodrigo—volvió a trabajar con ella, y su sonido y estética queer cobraron más fuerza.
Su primer álbum, The Rise and Fall of a Midwest Princess (2023), consolidó su identidad musical, explorando la sexualidad, el crecimiento y la vulnerabilidad a través de un sonido pop vibrante. Good Luck, Babe! y Hot to Go! se convirtieron en himnos, llevando su música a nuevas audiencias.
Más allá de la fama
El estrellato trae consigo desafíos. Roan ha hablado abiertamente sobre la presión de la industria, la salud mental y el impacto de la fama. Celebridades como Elton John han sido su apoyo en momentos difíciles, recordándole que su bienestar es prioridad.
Criada en un entorno conservador, hoy usa su voz para defender derechos LGBTQ+, apoyar causas sociales y hablar con franqueza sobre su experiencia como artista queer. Aunque no quiere ser encasillada por su identidad, deja claro que su historia es parte de su arte.
Con autenticidad, talento y un mensaje poderoso, Chappell Roan no solo es una estrella emergente, sino una fuerza imparable en el pop actual.
