El esquí en Austria: un deporte amenazado por el calentamiento global

El esquí en Austria: un deporte amenazado por el calentamiento global

El esquí, una tradición profundamente arraigada en Austria, enfrenta un desafío sin precedentes debido al cambio climático. En lugares como Saalbach, sede de los Mundiales de esquí alpino, la falta de nieve natural y el aumento de temperaturas se han convertido en una preocupación constante.

Un paisaje inusual

La imagen en Saalbach es contradictoria: por un lado, una pista de esquí cubierta con nieve artificial, llena de esquiadores y espectadores entusiastas; por otro, laderas verdes donde antes predominaba el blanco invernal. Con una altitud de 1.000 metros, esta estación ha experimentado inviernos cada vez más cálidos y menos nevadas. Según el instituto meteorológico austríaco, enero de este año fue 2°C más cálido que el promedio entre 1991 y 2020, y febrero ha registrado una escasez de nieve preocupante.

Un llamado de atención

La organización Protect Our Winters (POW) ha alertado sobre la disminución de nieve en las últimas décadas. “Definitivamente hay menos nieve que hace veinte años”, señala Moritz Nachtschatt, miembro de POW. Esta situación ha motivado a la comunidad del esquí a exigir medidas. En 2022, 142 esquiadores, incluida la campeona Mikaela Shiffrin, firmaron una carta dirigida a la Federación Internacional de Esquí (FIS), pidiendo acciones más contundentes contra el cambio climático.

Adaptarse a la nueva realidad

La FIS ha reconocido el problema y ha planteado la reducción de sus emisiones de CO₂ a la mitad para 2030. “Somos los primeros afectados por el calentamiento global y debemos minimizar nuestro impacto”, afirma Susanna Sieff, responsable de sostenibilidad de la federación. Entre las medidas propuestas está el traslado de competiciones a estaciones ubicadas a mayor altitud, la mejora en la gestión de residuos y el fomento del transporte sustentable. En Saalbach, por ejemplo, se han implementado lanzaderas para reducir el uso del automóvil y las entradas a los eventos incluyen acceso al transporte regional.

Sin embargo, organizaciones como Greenpeace Austria demandan mayor transparencia. “Es positivo que se hable de sostenibilidad, pero necesitamos pruebas concretas”, dice Ursula Bittner, de la organización ambientalista.

El desafío del futuro

El esquí es un pilar del turismo y la identidad de Austria, pero su futuro es incierto. El calendario de competiciones, que abarca más de 300 eventos a nivel mundial, enfrenta cuestionamientos sobre su impacto ambiental y su viabilidad a largo plazo. Además, el uso de nieve artificial, aunque permite la continuidad de las pruebas, podría afectar la imagen del deporte. “Para quienes no están inmersos en el esquí, ver una carrera rodeada de un paisaje verde puede parecer absurdo”, advierte Robert Steiger, profesor de la Universidad de Innsbruck.

Con los glaciares austríacos en constante retroceso y una creciente preocupación global, el esquí se enfrenta a una transformación inevitable. La pregunta clave es si las medidas adoptadas serán suficientes para garantizar su supervivencia.

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