Por Valeria Vázquez
Desde que irrumpió en la escena musical en 2008, Lady Gaga ha sido objeto de escrutinio. Su estilo, su música y cada una de sus decisiones han sido analizadas y cuestionadas. Ahora, con Mayhem , su séptimo álbum de estudio, la superestrella del pop ha decidido ignorar las presiones y entregarse por completo a su instinto artístico.

Un álbum sin reglas
A diferencia de sus trabajos anteriores, donde cada disco tenía una identidad sonora clara, Mayhem es un caos controlado. Gaga juega con las expectativas de su audiencia, pasando de un techno industrial crudo a baladas intensas, sin perder su esencia.
“Desde mi primer álbum, siempre escuché a la gente preguntarse si podría superarme”, confesó en una reciente entrevista con Billboard . “Esta vez decidí dejar de lado esas voces y enfocarme en lo que realmente me hace feliz como artista”.
El equipo detrás del sonido de ‘Mayhem’
Para dar forma a esta nueva era, Gaga trabajó con un equipo de productores de primer nivel, incluyendo a Andrew Watt, Cirkut y Gesaffelstein. Cada uno de ellos aportó elementos frescos a la producción, ayudándola a encontrar un equilibrio entre la innovación y su sello característico.
Cirkut, uno de los productores del álbum, explicó el reto de trabajar con un artista que siempre busca reinventarse. “Si haces algo demasiado distinto, te alejas de lo que te hizo grande. Pero si no innovas, terminas cayendo en lo mismo de siempre”, comentó.
Un regreso a su esencia artística.
Si bien Mayhem es una exploración caótica de sonidos y emociones, también marca un regreso a la libertad creativa que caracterizó los inicios de Lady Gaga. Según la cantante, este disco le permitió reencontrarse con su amor puro por la música.
“Cuando pones el arte por delante de todos los demás, recuperas algo muy valioso: tu dignidad”, afirmó.
Con Mayhem , Lady Gaga no solo demuestra que sigue siendo una fuerza imparable en la industria musical, sino que reafirma su capacidad de sorprender y evolucionar sin perder su autenticidad.