By Una triste y alarmante noticia ha sacudido al mundo del bienestar animal en México. El Santuario Ostok, ubicado en Culiacán, Sinaloa, ha tenido que ser evacuado por completo debido a la creciente violencia que azota la región.
Más de 700 animales rescatados, entre ellos especies majestuosas como tigres, leones y elefantes, fueron trasladados de forma urgente a Mazatlán, en una operación compleja y riesgosa. Estos animales, muchos de ellos víctimas del tráfico ilegal, el maltrato o el abandono, habían encontrado en Ostok un hogar seguro y digno. Sin embargo, el entorno de inseguridad se volvió insostenible.
El personal del santuario enfrentaba amenazas constantes, y los equipos veterinarios ya no podían ingresar con regularidad por temor a ser atacados. La situación obligó al equipo liderado por Ernesto Zazueta, fundador del proyecto, a tomar una de las decisiones más difíciles: proteger a los animales evacuándolos del lugar que una vez fue su refugio.
Zazueta ha declarado que esta medida es temporal y espera poder regresar al santuario cuando las condiciones de seguridad lo permitan. Mientras tanto, los animales se encuentran resguardados y en observación en su nueva ubicación, aunque el traslado ha supuesto un reto logístico, emocional y económico enorme.
Este hecho pone en evidencia cómo la violencia no solo afecta a las personas, sino también a seres indefensos que dependen completamente de los humanos para sobrevivir. Es momento de alzar la voz y exigir un entorno seguro, no solo para nosotros, sino también para los que no pueden defenderse.
