Por Valeria Vázquez
Entre los cambios más llamativos en la política de Trump hacia América Latina está su relación con el presidente salvadoreño, Nayib Bukele. A pesar de las denuncias de abusos de derechos humanos en El Salvador, Trump ha señalado a Bukele como un “ejemplo regional”.
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Bukele propuso a EE.UU. Recibir a criminales convictos en cárceles salvadoreñas a cambio de un pago, una idea que ha sido bien recibida por Washington. Este acercamiento contrasta con el trato que han recibido otros países latinoamericanos, como México y Panamá, a quienes Trump ha presionado con aranceles y amenazas.
Este giro en la estrategia estadounidense sugiere que la administración de Trump priorizará la colaboración con gobiernos alineados con su agenda, sin importar su sistema político, en un regreso a la lógica de la Doctrina Monroe.