Por Valeria Vázquez
El K-pop ha trascendido fronteras y se ha convertido en una de las industrias musicales más influyentes del mundo. Más allá de un género musical, el K-pop es un movimiento que combina música, danza, moda y redes sociales para crear un impacto global sin precedentes. En los últimos años, grupos como BTS y BLACKPINK han demostrado que la música surcoreana puede competir en las listas internacionales y en eventos de prestigio como los Grammy y los Billboard Music Awards.
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Uno de los exponentes más destacados de esta ola es BTS , también conocido como Bangtan Boys . Formado en 2013 por Big Hit Entertainment, el grupo ha roto numerosos récords, incluido el ser el primer grupo surcoreano en alcanzar el número uno en la lista Billboard Hot 100 y en recibir una nominación al Grammy . Además, su impacto cultural los ha llevado a participar en eventos internacionales de gran relevancia, como la Asamblea General de las Naciones Unidas , donde promovieron mensajes de autoaceptación y amor propio. Su música, que abarca desde el pop hasta el hip-hop y el R&B, se ha conectado con millones de fans en todo el mundo, consolidando su lugar como embajadores del K-pop.
Por otro lado, BLACKPINK , el grupo femenino formado por YG Entertainment en 2016, también ha sido un pilar fundamental en la expansión del K-pop. Compuesto por cuatro miembros, Jisoo, Jennie, Rosé y Lisa, el grupo ha logrado un éxito arrollador tanto en Asia como en Occidente. Su sencillo DDU-DU DDU-DU fue el primer video musical de un grupo de K-pop en superar mil millones de vistas en YouTube , y han colaborado con artistas internacionales de la talla de Dua Lipa, Lady Gaga y Selena Gomez .
Uno de los factores clave en el éxito del K-pop es la meticulosa preparación de sus artistas. Una diferencia de la industria musical occidental, donde los talentos emergen de manera independiente a través de concursos, en Corea del Sur los ídolos pasan por un riguroso entrenamiento en canto, baile y actuación durante varios años antes de debutar. Este sistema, establecido por grandes compañías como SM Entertainment, YG Entertainment y JYP Entertainment , ha permitido la creación de artistas altamente capacitados, capaces de ofrecer espectáculos de primer nivel en cualquier parte del mundo.
El impacto del K-pop no se limita solo a la música. Su influencia se extiende a la moda, la belleza y las redes sociales, donde sus seguidores, conocidos como ARMY (en el caso de BTS) o BLINKS (en el caso de BLACKPINK), juegan un papel fundamental en la difusión del género. Gracias a plataformas como Twitter, Instagram y TikTok , los artistas de K-pop pueden interactuar directamente con sus seguidores y generar tendencias globales en cuestión de minutos.
En la actualidad, abrir las redes sociales y encontrar hashtags en hangul (alfabeto coreano) es algo cada vez más común, al igual que ver a los idols protagonizar campañas publicitarias de grandes marcas de lujo o aparecer en portadas de revistas internacionales.
A medida que el K-pop continúa expandiéndose, queda claro que no se trata de una moda pasajera, sino de un movimiento cultural con raíces profundas y una base de fans en constante crecimiento. Con el auge de plataformas de streaming como iTunes, Spotify y YouTube , la música surcoreana ha roto barreras lingüísticas y geográficas, convirtiéndose en un fenómeno global que seguirá evolucionando en los próximos años.