En un nuevo golpe contra la comunidad LGBTTIQ+, el parlamento húngaro aprobó una ley que prohíbe la marcha del Orgullo y endurece las restricciones para manifestaciones públicas. La normativa permite el uso de reconocimiento facial para identificar asistentes y establece multas de hasta 200 mil forints para quienes participen en eventos prohibidos.
La ley, defendida por el gobierno de Viktor Orbán, se basa en la legislación de “protección infantil” que ya ha sido criticada por la Unión Europea. Mientras la medida se debatía, legisladores opositores protestaron con bombas de humo en el parlamento.
Organizadores del Orgullo denunciaron que la ley busca “convertir en chivo expiatorio” a la comunidad LGBTTIQ+ y llamaron a seguir luchando por la libertad de expresión y protesta en Hungría.
