¿Es amor o dependencia? La delgada línea entre estar juntos y perderse

¿Es amor o dependencia? La delgada línea entre estar juntos y perderse

Hay una línea muy fina entre el amor genuino y la dependencia emocional. Mientras el primero te impulsa a crecer, el segundo te arrastra a olvidar quién eras antes de estar en pareja.

La dependencia emocional se manifiesta con ansiedad, celos desbordados, necesidad constante de aprobación y una incapacidad profunda para imaginar la vida sin la otra persona. Aunque muchas veces se justifica como “intensidad emocional”, lo cierto es que suele derivar en relaciones desiguales, desgastantes y, en muchos casos, tóxicas.

El dependiente emocional vive con miedo a ser dejado. Cede constantemente, deja de expresar lo que siente o quiere para evitar el conflicto. Poco a poco, su mundo se reduce a los estados de ánimo y decisiones de la otra persona.

La buena noticia es que se puede salir de ahí. Implica un trabajo profundo de autoconocimiento, de reconstrucción personal. Ir a terapia, reconectar con pasiones individuales, rodearse de redes afectivas fuera de la pareja… todo suma. El amor no debería doler ni hacerte sentir menos. Si una relación requiere que te abandones a ti mismo para seguir, no es amor: es dependencia.

“Si tienes que elegir entre perderte a ti o perder a alguien, elige siempre quedarte contigo.” — Desconocido

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