¿Qué hace especial a la salsa tarasca?
Más que una salsa, la tarasca es una experiencia para tus sentidos. Inspirada en la clásica salsa macha, combina chiles secos como guajillo, ancho, morita y árbol con el toque crujiente de las tortillas fritas. Las semillas de calabaza, ajonjolí, cacahuates y un toque dulce de arándanos y ciruela pasa hacen de esta salsa un acompañante ideal para cualquier antojito mexicano.
Receta de salsa tarasca con tortilla frita
Ingredientes:
- 4 chiles guajillo
- 3 chiles anchos
- 3 chiles morita
- 5 chiles de árbol
- 2 tazas de aceite
- ½ taza de cacahuates (sin sal)
- ¼ taza de ajonjolí
- ¼ taza de semillas de calabaza
- ¼ taza de arándanos
- ¼ taza de ciruela pasa
- 5 dientes de ajo
- 250 g de tortillas de maíz
- Sal al gusto
Preparación:
- Corta las tortillas en pequeños cuadritos (aproximadamente 1 cm). Fríelos en aceite caliente hasta que estén dorados y crujientes. Reserva.
- En el mismo aceite, fríe los ajos hasta dorar y luego los chiles (sin semillas ni venas). Cocina los chiles rápidamente, solo hasta que cambien de color. Retira y deja enfriar.
- Tosta las semillas en un sartén seco. Comienza con las de calabaza y cacahuates, luego añade el ajonjolí. Remueve constantemente para evitar que se quemen.
- Licúa una taza del aceite usado con los chiles fritos, ajos, arándanos y ciruela pasa. Obtendrás una pasta espesa.
- En un recipiente grande mezcla: la pasta de chiles, los cuadritos de tortilla, las semillas tostadas, sal y una taza más del aceite usado. Integra bien.
- Guarda en un frasco hermético en el refrigerador; durará hasta 3 meses.
¿Por qué deberías probarla?
Esta salsa no solo aporta sabor, sino que transforma platos simples como quesadillas, esquites o molletes en auténticas delicias. Su textura crujiente y su combinación de sabores picantes y dulces harán que quieras usarla en todo.
Tip Extra: Prepara una cantidad doble y sorprende a tus amigos y familia en cualquier reunión.