Por Valeria Vázquez
Donald Trump ha dado un nuevo giro en su política hacia Venezuela al anunciar la revocación inmediata de la licencia que permitía a Chevron operar en el país sudamericano.
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Según el mandatario estadounidense, la decisión responde al incumplimiento de Nicolás Maduro en los acuerdos migratorios, especialmente en la repatriación de migrantes venezolanos deportados desde EE.UU. “El régimen no ha estado transportando a los criminales violentos de regreso a Venezuela al ritmo que habían acordado”, escribió Trump en Truth Social.
Esta medida podría afectar seriamente la economía venezolana, pues Chevron ha jugado un papel clave en la recuperación de la producción petrolera del país. Desde la emisión de la licencia en 2022, la petrolera estadounidense aumentó su producción de 77.000 a 241.000 barriles diarios, lo que representa un cuarto del total nacional.
Analistas advierten que la decisión de Trump podría marcar el regreso de una política de máxima presión contra Venezuela, similar a la aplicada en 2019. Mientras tanto, el gobierno de Maduro ha calificado la medida como un intento de chantaje y ha reiterado que no cederá ante presiones externas.