
El mundo de la Fórmula 1 sigue en vilo ante la posibilidad de un cambio radical en sus motores. Según informes de Auto Motor und Sport, la FIA y la F1 estarían evaluando seriamente la vuelta de los icónicos V10, lo que pondría en riesgo la electrificación prevista para 2026. La propuesta ha generado una división clara entre los fabricantes, con algunos equipos a favor y otros totalmente en contra.
La FIA estudia dos escenarios para el regreso de los V10
El debate sobre los motores ha tomado una nueva dimensión en las últimas semanas. Lo que comenzó como una simple declaración de Mohammed Ben Sulayem, presidente de la FIA, ahora parece un plan real en evaluación. Existen dos caminos posibles para esta revolución técnica:
- Cancelar el reglamento híbrido de 2026 antes de su implementación, extendiendo el uso de los motores actuales hasta 2028 y permitiendo la introducción de los V10 en esa fecha.
- Mantener el reglamento de 2026 solo por tres temporadas, dando margen a los fabricantes para desarrollar sus nuevos motores V10 y estrenarlos en 2029.
El punto clave para hacer viable este regreso es el uso de combustibles sintéticos, que serán obligatorios en la F1 desde 2026. Estos permitirían mantener el compromiso medioambiental sin renunciar al sonido y rendimiento característico de los motores atmosféricos.
Fabricantes divididos: ¿paso atrás o evolución?
La posibilidad de volver a los V10 ha generado opiniones encontradas dentro del paddock. Tres fabricantes están a favor del cambio: Ferrari, Ford y Cadillac, quienes ven con buenos ojos el regreso de los motores atmosféricos. En el otro extremo, Mercedes, Audi y Honda defienden la electrificación y el rumbo tecnológico actual.
El caso de Audi es especialmente complicado. La marca alemana ha apostado fuerte por la F1 con un proyecto basado en las unidades de potencia híbridas de 2026. Si el reglamento cambia, Audi podría quedar en una situación delicada, ya que aún no ha desarrollado un motor para los nuevos escenarios.
Para algunos, el regreso de los V10 representaría un retorno a la esencia de la Fórmula 1, con motores más ruidosos y espectaculares. Sin embargo, otros argumentan que sería un retroceso en la evolución de la categoría, que ha trabajado durante años para avanzar en sostenibilidad y eficiencia.
Un futuro incierto para la F1
El debate está en marcha y la decisión final aún no se ha tomado. La Fórmula 1 enfrenta un dilema que definirá su rumbo en la próxima década: apostar por la innovación híbrida o regresar a la potencia pura de los V10. Sea cual sea el desenlace, queda claro que el futuro de la categoría está más incierto que nunca.