
El ambiente en Red Bull se enrarece con el paso de las carreras. Max Verstappen, cuatro veces campeón del mundo y principal figura del equipo, dejó en claro su creciente incomodidad con el desempeño del RB21 y, en declaraciones que sorprendieron al paddock de Bahréin, puso en duda tanto el potencial del monoplaza como el análisis de uno de los hombres clave de la escudería: Helmut Marko.
Las declaraciones del neerlandés llegaron tras una clasificación decepcionante, en la que se ubicó séptimo en la parrilla, un resultado poco habitual para el piloto que dominó las últimas temporadas. “Desde los test de invierno vi venir esto. Dije que la diferencia con McLaren sería de medio segundo y eso es exactamente lo que ocurrió”, afirmó Verstappen con tono desafiante, evidenciando su frustración y su sensación de que sus advertencias no fueron escuchadas.
Lejos de atribuir los problemas a ajustes menores, el piloto fue más allá: “Hemos probado todo en el coche y nada ha dado resultado. Si tuviera que volver a clasificar ahora mismo, no sabría qué cambiar. No es un tema de puesta a punto, es más profundo”. Así, dejó entrever una desconexión entre los ingenieros del equipo y lo que él percibe como el verdadero problema de fondo.
Pero lo que más impacto generó fue su visión del campeonato actual. Aunque solo un punto lo separa de Lando Norris, líder del torneo, Verstappen fue tajante: “No estoy compitiendo esta temporada. No veo una posibilidad real”. El neerlandés relativizó los resultados obtenidos hasta ahora, alegando que algunos buenos desempeños se debieron a factores externos, como errores de rivales o condiciones climáticas favorables, más que a un rendimiento sólido del coche.
Las palabras de Verstappen no solo reflejan su insatisfacción, sino que también apuntan a una posible fractura interna. Su desacuerdo con Marko, una de las voces más influyentes en Red Bull, no es menor. Las diferencias en el diagnóstico del presente del equipo podrían derivar en decisiones drásticas si no se revierten los resultados en las próximas fechas.
Con Oscar Piastri acechando desde el tercer lugar del campeonato y McLaren cada vez más competitivo, la presión aumenta sobre una Red Bull que, por primera vez en años, se muestra vulnerable. Y cuando la calma se quiebra desde adentro, el camino hacia la recuperación suele ser más largo.