
Con una actuación impecable, Oscar Piastri se llevó la victoria en el Gran Premio de Bahréin y se consolidó como una de las figuras de la temporada. El piloto australiano no dejó margen para dudas: largó desde la pole, mantuvo el control durante toda la carrera y cruzó la meta con una cómoda ventaja de 15 segundos sobre George Russell.
El rendimiento de Piastri volvió a abrir el debate dentro de McLaren sobre quién debe liderar el proyecto. Mientras su compañero Lando Norris cometió varios errores —incluyendo una mala posición en la parrilla de salida y complicaciones en sus duelos con Leclerc y Russell—, el australiano ejecutó una carrera sin fallos. A pesar de un breve relevo en el liderato durante las paradas en boxes y la aparición del Safety Car, nunca perdió el control de la situación.
Russell, en tanto, consiguió el segundo lugar tras defender con firmeza su posición ante Norris en las vueltas finales. El piloto de Mercedes gestionó mejor los neumáticos y evitó que McLaren ocupara los dos primeros puestos del podio. Norris finalizó tercero, aunque bajo presión hasta el final.
En Maranello, Ferrari mostró señales de recuperación. Charles Leclerc y Carlos Sainz terminaron en cuarto y quinto lugar, respectivamente. Si bien estuvieron en condiciones de pelear por el podio, decisiones estratégicas poco claras limitaron sus opciones.
Red Bull, por su parte, vive un momento delicado. Max Verstappen —que finalizó sexto— se mostró incómodo con el rendimiento del RB21 y se quejó durante toda la carrera. Las paradas lentas en boxes también afectaron el resultado final, mientras que Yuki Tsunoda salvó algunos puntos con un noveno puesto. A pesar de sumar con ambos autos, el equipo de Milton Keynes aún no encuentra el rendimiento que lo caracterizó en temporadas anteriores.
El triunfo de Piastri no solo representa una victoria personal, sino también un mensaje claro: el joven australiano quiere ser protagonista en 2025.