La Plaza de San Pedro se convertirá este sábado en el escenario de un histórico funeral que reunirá a los principales líderes de Occidente para dar el último adiós al Papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años. El pontífice argentino será recordado no solo por su carisma y cercanía con la gente, sino también por su firme denuncia de una “Tercera Guerra Mundial por partes”, que consideraba en marcha desde hace años.
Francisco vivió su papado en un contexto de alta tensión internacional, marcada por guerras, crisis migratorias y un creciente rearme global. Su última gran advertencia quedó plasmada en el mensaje de Pascua “Urbi et Orbi”, leído por un colaborador ante su deteriorado estado de salud. En él clamaba por la paz en zonas devastadas como Ucrania, Gaza, Yemen y África, y lanzaba un llamado contundente al desarme global: “Ninguna paz es posible sin un verdadero desarme”.
El pontífice murió al día siguiente, víctima de un ictus, pero su funeral será, paradójicamente, una ocasión para reunir a muchos de los líderes a quienes dirigió sus amonestaciones, directa o indirectamente, durante su pontificado.

Entre las figuras más destacadas que acudirán al Vaticano está el presidente estadounidense Donald Trump, en medio de una nueva escalada arancelaria con la Unión Europea. También estarán presentes la primera ministra italiana Giorgia Meloni, quien recientemente se reunió con Trump en Washington, y los tres principales líderes institucionales europeos: Ursula von der Leyen, Antonio Costa y Roberta Metsola.
El presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz han confirmado su asistencia, al igual que el primer ministro británico Keir Starmer y el presidente argentino Javier Milei, compatriota del Papa y cercano ideológicamente a Trump.
Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, también estará presente, en momentos en que se exploran nuevas vías diplomáticas hacia un alto el fuego con Rusia. La presencia de tantos mandatarios ha generado expectativas sobre posibles encuentros bilaterales, aunque ninguno ha sido confirmado oficialmente.
En medio del duelo, un episodio diplomático tensó aún más el ambiente: el gobierno de Israel publicó, y luego borró, un mensaje de condolencia por la muerte del Papa, quien fue crítico constante de las operaciones militares en Gaza.
Este sábado, San Pedro no solo será un espacio de recogimiento espiritual, sino también una vitrina de las tensiones y esperanzas del escenario internacional actual, en un último homenaje a un Papa que nunca dejó de alzar la voz por la paz.
