En una ceremonia realizada este lunes en la Capilla Paulina, todo el personal involucrado en la organización del próximo cónclave, tanto eclesiástico como laico, prestó juramento de guardar absoluto secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo papa. Esta medida, establecida por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, busca garantizar la confidencialidad y la integridad del proceso.
El juramento fue pronunciado ante el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, e incluyó a ceremonieros, médicos, enfermeras, ascensoristas, personal de limpieza y cocina, floristas, técnicos y miembros de la Guardia Suiza Pontificia. Todos ellos se comprometieron a no revelar ninguna información, directa o indirectamente, relacionada con las votaciones y deliberaciones del cónclave.

La fórmula del juramento especifica la prohibición de utilizar cualquier medio de grabación o transmisión, y establece que cualquier violación será sancionada con la excomunión. Este acto subraya la seriedad con la que la Iglesia Católica aborda la elección de su máximo líder espiritual.
El cónclave comenzará el 7 de mayo en la Capilla Sixtina, donde los cardenales electores también prestarán juramento antes de iniciar las votaciones. Una vez que todos hayan jurado, se pronunciará el tradicional “Extra omnes”, indicando que todos los no autorizados deben salir, y se cerrarán las puertas para iniciar el proceso de elección.
Estas medidas reflejan el compromiso del Vaticano con la tradición y la solemnidad del cónclave, asegurando que el proceso se lleve a cabo en un ambiente de recogimiento y confidencialidad.
