Por Sharon Oropeza
El lunes 5 de agosto fue un día sombrío para dos localidades mexicanas, donde se reportaron casos de bebés abandonados en Tizayuca, Hidalgo, y Nezahualcóyotl, Estado de México.
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En Tizayuca, un joven de 23 años encontró a un recién nacido abandonado en el cerro de la Cruz, dentro del fraccionamiento Haciendas. El bebé, que aún tenía la placenta y el cordón umbilical, estaba envuelto en dos bolsas de plástico. Tras escuchar su llanto, el joven lo rescató, lo cubrió con su chamarra y lo llevó a su hogar, donde contactó a una persona cercana para cuidarlo. Tres días después, el joven se presentó ante el Ministerio Público para dar su declaración, y el personal del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) se hizo cargo del pequeño.
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Ese mismo día, en la colonia La Perla de Nezahualcóyotl, Estado de México, un vecino encontró a otro bebé abandonado en la calle Encino. El bebé, que se determinó tenía alrededor de 9 meses, presentaba graves signos de desnutrición y pie equino varo. Las autoridades locales respondieron rápidamente al reporte y trasladaron al bebé al Hospital General La Perla para recibir atención médica especializada.
Estos tristes incidentes resaltan la necesidad de una mayor protección infantil y la importancia de la comunidad en la vigilancia y el cuidado de los más vulnerables. La intervención oportuna y la colaboración con las autoridades pueden marcar la diferencia en la vida de estos pequeños.