Familiares denuncian irregularidades y simulación de la administración del hospital
La madrugada del viernes 17 de enero, pacientes del Sanatorio Trinidad fueron desalojados en medio de un operativo de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), bajo la orden de trasladarlos al Hospital San Luis y otros centros médicos cercanos. Según los familiares, este desalojo buscaba encubrir irregularidades, ya que el hospital debería permanecer clausurado por suspensión total, incluida la prohibición de utilizar sus cuatro quirófanos.
Denuncias de irregularidades
Los familiares de los internados denunciaron que, a pesar de la suspensión, se habían seguido realizando procedimientos quirúrgicos y otros tratamientos. Durante la noche del jueves, personal del hospital fue visto sacando equipo médico, documentación y medicamentos controlados, mientras que otros documentos fueron destruidos, según empleados que prefirieron el anonimato por temor a represalias.
Extrabajadoras como Beatriz Moreno y Angélica Clairín Pantoja señalaron que los administradores actuales, encabezados por Adriana Beltrán Mallén y su equipo, han operado bajo un clima de amenazas y violencia. Además, la falta de medicamentos, insumos básicos y condiciones dignas de trabajo ha sido una constante en el hospital.
Testimonios de familiares
Laura Pancardo, familiar de un paciente en terapia intensiva desde diciembre, se negó a desalojarlo, declarando:
“No lo voy a desalojar porque mi familiar se está debatiendo entre la vida y la muerte. Si les van a clausurar la clínica, que se las clausuren. Mi paciente no se mueve.”
Otro caso similar fue el de Carlos, quien expresó su preocupación ante el traslado de su familiar grave al Hospital San Luis, donde las condiciones no garantizarían la atención adecuada.
Protestas del personal médico
La mañana del viernes, trabajadores del hospital expresaron su descontento ante la falta de uniformes, liquidaciones de caja de ahorro, pago de horas extra y carencia de personal, que obliga a cuatro enfermeras a atender hasta 20 pacientes al mismo tiempo. A esto se suma la explotación laboral por parte de la administración, que, según los empleados, no ha cumplido con sus promesas de mejorar las condiciones de trabajo.
Adriana Beltrán Mallén justificó los incumplimientos señalando una supuesta baja en ingresos, lo que fue cuestionado por el personal, ya que el hospital ha estado saturado de pacientes.
Clausura simulada
El operativo de Cofepris aparentó ser una revisión rutinaria, pero los familiares y empleados denunciaron que el desalojo fue parte de una estrategia para mostrar que el hospital no estaba operando. Pancardo señaló:
“Si Cofepris checa que tienen pacientes, les clausuran. Están sacando equipo médico para aparentar que no hay actividad.”