El próximo juicio contra Sean “Diddy” Combs no solo pondrá bajo escrutinio las acusaciones de tráfico sexual y asociación ilícita, sino que también marcará un momento decisivo para la forma en que la justicia federal aborda los abusos de poder en la industria del entretenimiento.

Argumentos de la defensa
A pocas horas de la audiencia previa al juicio, se perfilan varias líneas de tensión entre la defensa y la fiscalía. Por un lado, los fiscales buscan demostrar que Combs utilizó su influencia para operar una red organizada de explotación sexual entre 2004 y 2024. Por otro lado, la defensa insiste en que las relaciones fueron consensuadas y que los eventos descritos eran parte de un estilo de vida compartido por adultos responsables.
Evidencia pertubadora
La inclusión de evidencia audiovisual, como el video de agresión a Cassie Ventura y grabaciones de los llamados “freak-offs”, podría ser determinante. Según Reuters, los fiscales planean argumentar que estos materiales refuerzan el patrón de conducta coercitiva que sustenta los cargos. El juez Subramanian ya ha dado luz verde a algunos de estos elementos, mientras aún evalúa objeciones presentadas por la defensa.
Uso de la ley RICO
El uso de la Ley RICO en este caso abre el debate sobre su aplicación en contextos de abuso dentro del espectáculo. Esta estrategia permite a los fiscales tejer una narrativa estructural sobre cómo supuestamente se utilizaban empresas del acusado para facilitar actividades criminales.
Combs se ha declarado no culpable, pero permanece detenido sin derecho a fianza por riesgo de obstrucción. El juicio comenzará oficialmente el 5 de mayo con la selección del jurado. Las declaraciones de apertura están previstas para el 12 de mayo.