Por Lizeth Zarazua
El mundo digital está viviendo un cambio radical con la llegada de la desinfluencia, una tendencia que está transformando la manera en que los usuarios consumen contenido y toman decisiones de compra.
En una era en la que el marketing de influencers ha dominado las redes sociales, la desinfluencia ha surgido como un contrapeso al consumismo excesivo, promoviendo un enfoque más crítico y reflexivo en las compras.

¿Por qué los usuarios están rechazando la influencia tradicional?
Durante años, los influencers han promovido productos con la promesa de mejorar la vida de sus seguidores, pero cada vez más personas han comenzado a notar un patrón: muchas recomendaciones no son sinceras, sino pagadas.
Esto ha generado un cansancio digital, en el que los usuarios buscan contenido más genuino y útil. La desinfluencia responde a esta necesidad, promoviendo la idea de comprar de manera informada en lugar de dejarse llevar por tendencias pasajeras.
Ejemplos de desinfluencia que han causado impacto
Algunos productos que han sido señalados en esta tendencia incluyen:
- Cosméticos virales que prometen resultados espectaculares pero no cumplen con lo anunciado.
- Ropa de “fast fashion” que se vende como de alta calidad, pero resulta ser de mala confección.
- Gadgets tecnológicos innecesarios que son promocionados como “imprescindibles”, pero terminan siendo poco prácticos.
En plataformas como TikTok, videos de usuarios desmintiendo la efectividad de estos productos han logrado millones de vistas, provocando que muchas marcas tengan que responder y replantear sus estrategias de promoción.
El impacto en el comercio digital y las marcas
Para las empresas, este fenómeno representa un reto y una oportunidad. Aquellas que han basado su éxito en estrategias de marketing poco honestas podrían ver una disminución en sus ventas.
Por otro lado, las marcas que apuesten por la transparencia y la autenticidad pueden ganar la confianza del público y destacarse en un mercado cada vez más exigente.
El futuro de la desinfluencia
Es poco probable que el marketing de influencers desaparezca por completo, pero está claro que la era de la publicidad disfrazada de recomendación sincera está llegando a su fin.
Los consumidores ahora exigen honestidad y valoran más las opiniones de personas reales sobre los productos que compran. La desinfluencia es más que una moda: es una señal de que los tiempos están cambiando y que el poder está en manos del consumidor informado.