Cuando América y Cruz Azul se enfrentan, siempre hay una atmósfera única que lo convierte en un clásico esperado por miles. En cada enfrentamiento, las pasiones se desatan y no hay margen para el error. Para el entrenador Vicente Sánchez, este duelo no es cualquier partido; “todos esperan este clásico”, dice, destacando la relevancia que tiene entre los aficionados y su capacidad para mantener los reflectores sobre él.
Aunque en los últimos años el América ha tenido ventaja en los duelos directos, incluyendo algunas victorias clave en eliminatorias, Cruz Azul sigue siendo un rival formidable. Los celestes tienen un legado de éxito en la Concachampions, con seis títulos internacionales en su haber, lo que les otorga una confianza envidiable. Según Lorenzo Faravelli, mediocampista de la Máquina, “los clásicos se definen por detalles”, una reflexión que resalta lo impredecibles que pueden ser estos enfrentamientos.
El América, por su parte, prefiere mantenerse al margen de las etiquetas de favorito. El delantero Brian Rodríguez deja claro que “lo que digamos aquí tiene poco valor, solo importa lo que hagamos en la cancha”. En este sentido, el equipo de las Águilas se enfoca en lo que está por venir, sin dejarse llevar por la presión externa.
Aunque el estadio Ciudad de los Deportes ha sido pintado de amarillo y azul, los jugadores de Cruz Azul no se sienten intimidados. Al contrario, confían en su experiencia en este campo y en que el color del estadio no cambiará el resultado de este enfrentamiento. “Lo conocemos bien. Por más que esté pintado de otro color, intentaremos pintarlo de azul”, asegura el mediocampista uruguayo de Cruz Azul.
Este primer encuentro en los cuartos de final de la Copa de Campeones de Concacaf será solo el inicio de lo que podría convertirse en una serie memorable. Ambos equipos se enfrentarán de nuevo en la Liga el 12 de abril, y seguramente este clásico será otro capítulo emocionante de una rivalidad que sigue dejando huella en el futbol mexicano.
