
Grandes movimientos se avecinan en la escudería de Fernando Alonso. Aston Martin, la histórica firma automotriz británica, está a punto de dar un paso atrás en su implicación directa con la Fórmula 1. Según confirmó el propio Lawrence Stroll, la compañía venderá su participación en el equipo de F1, lo que supone un giro estratégico significativo.
Los problemas financieros que arrastra Aston Martin, agravados por una caída en las ventas y por barreras arancelarias impuestas en Estados Unidos, han llevado a esta decisión. La venta afecta al 33% del equipo y se cerrará por unos 60 millones de euros.
El comprador no es otro que el propio Lawrence Stroll, actual propietario del equipo y principal accionista de Aston Martin a través del grupo Yew Tree. Con esta operación, Stroll refuerza su control absoluto sobre la escudería mientras la marca como tal da un paso al costado en lo económico.
Aun así, el nombre del equipo seguirá siendo Aston Martin, aunque en la práctica, la marca funcionará únicamente como patrocinador, sin participación directa en la gestión ni financiación del equipo de F1. Se trata, en esencia, de una operación de branding facilitada por Stroll, quien continúa al mando del proyecto.
Mientras tanto, la situación corporativa de Aston Martin como fabricante no es alentadora: reducción de personal, demoras en producción, caída en ventas y una deuda que ronda los 1.000 millones de libras. Todo esto ocurre mientras el equipo mira hacia el futuro con optimismo, de la mano de Honda, el posible fichaje de Adrian Newey y los rumores sobre Max Verstappen para 2026.
Por ahora, eso sí, los resultados no acompañan. El propio Alonso ha sido claro: “No estamos ni para entrar en el top 18”.