En una medida sorpresiva, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles una pausa de 90 días en la imposición de aranceles a más de 70 países que han buscado negociar acuerdos comerciales con su gobierno, salvo China. La decisión, que marca un giro en su agresiva política comercial, fue impulsada por la creciente presión de los mercados, las críticas de empresarios, inversionistas y miembros del Partido Republicano.
Tras el anuncio, las acciones estadounidenses experimentaron un repunte notable y los mercados bursátiles de Wall Street registraron un fuerte incremento. Este cambio de rumbo llega en medio de las tensiones comerciales internacionales, que habían generado incertidumbre en los mercados financieros globales.
Trump justificó su decisión señalando que las personas estaban “un poco asustadas” por los aranceles y que algunos “estaban saltando un poco fuera de la raya”. Sin embargo, reiteró su confianza en que se lograrán acuerdos comerciales con varios países, incluida China, aunque enfatizó que aún no se ha encontrado una solución definitiva.
“China quiere llegar a un acuerdo. Sólo que no saben muy bien cómo hacerlo (…) El presidente Xi (Jinping) es un hombre orgulloso (…) No saben muy bien cómo hacerlo, pero lo averiguarán”, comentó Trump, dando a entender que las negociaciones con el gigante asiático continúan siendo un tema central de su estrategia comercial.
La decisión de Trump también plantea un dilema para sus socios comerciales, incluidos los países de la Unión Europea. Aunque se mantiene el arancel del 10% a la región, el presidente estadounidense sugirió que este porcentaje podría aumentar si no se obtiene una respuesta favorable a sus políticas comerciales más aislacionistas.
Este giro en la política arancelaria es una de las mayores concesiones de Trump frente a las preocupaciones económicas internas y las presiones de los mercados, que temen las consecuencias de una guerra comercial prolongada. La pausa en los aranceles refleja una tentativa de calmar las aguas y restablecer la confianza en la economía global, mientras continúan las negociaciones con los principales socios comerciales de Estados Unidos.
