Con el fallecimiento del Papa Francisco, se activa uno de los procedimientos más solemnes del Vaticano: la elección de un nuevo líder espiritual para más de mil millones de fieles en todo el mundo. Su legado incluye la promoción de reformas internas, el combate a los abusos sexuales en la Iglesia, una marcada cercanía con los sectores más vulnerables y una apertura sin precedentes hacia los debates sociales contemporáneos. El rumbo de la Iglesia ahora dependerá del perfil del próximo pontífice.

Este órgano, compuesto por los máximos jerarcas eclesiásticos, se reunirá en los próximos días en el Vaticano para celebrar el Cónclave. Este proceso, que se realiza bajo estricto secreto, contempla una serie de votaciones hasta alcanzar el consenso necesario
El inicio del Cónclave podría ocurrir en un plazo de hasta 15 días, según lo dicta la tradición. Sin embargo, el proceso podría adelantarse si todos los cardenales electores ya se encuentran en Roma, listos para asumir su papel en la histórica elección.
Con la sede vacante, comienzan a surgir los primeros nombres con posibilidades reales de ser electos. Entre los llamados “papables”, cinco figuras destacan por su trayectoria, perfil ideológico y peso dentro de la Iglesia global:

Matteo Maria Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, es uno de los favoritos.
Tiene 69 años y es considerado un progresista, alineado con el pensamiento de Francisco. Se ha mostrado abierto al diálogo con la comunidad LGBT+ y ha defendido propuestas como el celibato opcional.

Luis Antonio Tagle, de Filipinas, también figura entre los posibles sucesores.
Con 67 años, es prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Su carisma, humildad y fuerte formación teológica le han ganado un respaldo amplio, especialmente en Asia. Su estilo pastoral recuerda al del papa emérito.

El italiano Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, representa otra opción con fuerte presencia institucional.
A sus 70 años, es considerado un experto en diplomacia. Aunque tiene poca experiencia pastoral directa, se ha pronunciado a favor de abrir debates sobre el celibato y la inclusión de parejas homosexuales en la comunidad eclesiástica.

Del ala conservadora destaca Péter Erdő, arzobispo de Esztergom-Budapest, en Hungría.
Con 72 años, es crítico de los cambios promovidos por Francisco. Ha defendido posturas tradicionales, como la oposición a las uniones homosexuales y la preservación del rito litúrgico clásico.

Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella, completa la lista de principales aspirantes.
A sus 66 años, ha centrado su labor en el diálogo interreligioso y los temas migratorios. Si bien mantiene una cercanía con las ideas de Francisco, evita tomar partido en asuntos que dividen a la Iglesia.
Presencia mexicana en el Cónclave: ¿hay aspirantes?
De los 252 miembros del Colegio Cardenalicio, seis son mexicanos, aunque solo dos podrían tener posibilidades reales en una futura elección papal.
Se trata de Carlos Aguiar Retes y Francisco Robles Ortega, ambos con trayectorias relevantes dentro y fuera del país.

Carlos Aguiar Retes es arzobispo primado de México desde 2017.
Nacido en Tepic, Nayarit, en 1950, realizó estudios de Teología en México y Estados Unidos. Fue ordenado sacerdote en 1973 y en 2016 fue creado cardenal por el Papa Francisco. Al frente de una de las arquidiócesis más grandes del mundo, su liderazgo lo coloca en el radar internacional.

Por su parte, Francisco Robles Ortega es arzobispo de Guadalajara desde 2012.
Fue nombrado cardenal por el Papa Benedicto XVI en 2011. Su perfil conservador y su defensa de valores tradicionales lo han convertido en una figura influyente dentro del episcopado mexicano. Ha promovido diversas iniciativas pastorales y tiene experiencia en la curia romana.