Por Karla Liliana Robles Pedroza
El presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció este miércoles un intento de golpe de Estado, subrayando la compleja situación política que atraviesa el país. Según el mandatario, soldados y vehículos militares tomaron el control de la Plaza Murillo en La Paz, la capital administrativa boliviana, y accedieron al Palacio Quemado, la antigua sede del gobierno.
Este movimiento militar fue liderado por el general Juan José Zúñiga, quien recientemente había sido destituido como jefe del Ejército tras hacer declaraciones críticas contra el expresidente Evo Morales. La toma de la Plaza Murillo y el acceso al Palacio Quemado marcan un momento crítico en la estabilidad política de Bolivia.
La denuncia de Luis Arce pone en evidencia la tensa atmósfera en el país, donde las divisiones políticas y sociales se han agudizado. La comunidad internacional sigue de cerca estos acontecimientos, preocupada por la posibilidad de una escalada en el conflicto.
El gobierno de Arce ha llamado a la calma y al respeto de la institucionalidad democrática, mientras que las fuerzas leales al presidente trabajan para retomar el control y garantizar la seguridad en la capital y en todo el país.