La reciente aparición del castor euroasiático en el río Tajo ha despertado un debate sobre su impacto ecológico. Aunque la especie fue cazada hasta su desaparición en la península ibérica hace siglos, algunos estudios sugieren que podría tener efectos positivos en el ecosistema.
El castor es conocido por su capacidad de modificar su entorno, construyendo diques que pueden mejorar la calidad del agua y generar hábitats para otras especies. Sin embargo, su presencia también podría generar conflictos con actividades humanas, como la agricultura.
Las autoridades han iniciado estudios para determinar si su expansión representa una amenaza o una oportunidad para la biodiversidad en la zona.
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