
La Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha dejado claro que su nueva normativa sobre lenguaje inapropiado no es solo un aviso, sino una regla que piensa hacer cumplir con firmeza. La reciente sanción de 30.000 euros impuesta al piloto del WRC, Adrien Fourmaux, por decir la frase “we fucked up yesterday” ha encendido el debate en el mundo del automovilismo.
Esta multa es la primera aplicación de la reformada normativa del Código Deportivo Internacional, una medida impulsada por Mohammed Ben Sulayem tras las polémicas sanciones a Max Verstappen y Charles Leclerc en 2024. Aunque el objetivo es evitar expresiones consideradas inadecuadas, la falta de una definición clara de qué constituye “lenguaje inapropiado” deja margen para interpretaciones subjetivas y decisiones controvertidas.
El caso de Fourmaux ha levantado críticas entre aficionados y expertos, quienes consideran que la FIA está imponiendo un nivel de censura innecesario en un deporte donde la adrenalina y la espontaneidad forman parte de su esencia. La sanción, que obliga al piloto francés a pagar 10.000 euros de inmediato mientras deja los otros 20.000 en suspensión por 12 meses, podría marcar un precedente peligroso.
Además, la nueva normativa también contempla la pérdida de puntos en el campeonato en caso de reincidencia, lo que podría afectar el desempeño de los pilotos en la pista. Para evitar problemas, algunos competidores podrían optar por la autocensura o incluso negarse a hablar con la prensa, lo que perjudicaría la conexión entre los pilotos y los seguidores del automovilismo.
Mientras la FIA defiende esta regla como una forma de mantener el respeto y la imagen del deporte, muchos se preguntan si realmente se trata de una medida necesaria o simplemente un pretexto para ejercer un mayor control sobre los protagonistas de las competiciones. Con la temporada de Fórmula 1 a punto de comenzar, queda por ver si esta estricta normativa terminará afectando también a los pilotos de la máxima categoría.