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En respuesta a los aranceles adicionales del 10% impuestos por el presidente Donald Trump a productos chinos, China ha decidido imponer, a partir del 10 de febrero, aranceles del 10% y 15% a ciertos productos importados desde Estados Unidos. Esta medida afecta a bienes como el carbón, gas natural licuado, petróleo crudo, maquinaria agrícola y automóviles de gran cilindrada.
Además de estas tarifas, Pekín ha iniciado una investigación antimonopolio contra Google, alegando posibles prácticas que afectan a la competencia en el mercado chino. Paralelamente, ha anunciado controles de exportación sobre minerales críticos, incluyendo el wolframio y el telurio, esenciales para diversas industrias tecnológicas y de defensa.
Estas acciones intensifican la guerra comercial entre ambas naciones, que se ha prolongado desde la primera presidencia de Trump (2017-2021). Algunos analistas sugieren que China busca fortalecer su posición en futuras negociaciones y podría considerar aumentar la compra de bienes estadounidenses para reducir el déficit comercial actual, que favorece a Pekín.
