
Los mercados financieros vivieron este miércoles una jornada histórica, marcada por un repunte sin precedentes en los principales índices bursátiles de Estados Unidos. La razón: el presidente Donald Trump anunció una pausa en la aplicación de aranceles elevados a la mayoría de los países, con excepción de China. Esta medida provocó una ola de optimismo entre inversionistas que venían arrastrando días de pérdidas e incertidumbre.
El índice tecnológico Nasdaq se disparó 12.16 %, cerrando en 17,124 puntos, lo que representa su mayor subida en un solo día desde 2001, en plena burbuja de las empresas ‘puntocom’. Por su parte, el S&P 500 ganó 9.52 %, llegando a 5,456 unidades, un avance no visto desde la crisis financiera de 2008. El Dow Jones, en tanto, subió 7.87 %, alcanzando 40,608 puntos, su mejor desempeño diario desde la recuperación tras la pandemia en 2020.

La reacción del mercado fue impulsada principalmente por el repunte de las empresas tecnológicas. Tesla lideró las subidas con un alza de 22.6 %, seguida por AMD (23.8 %), Nvidia (18.8 %) y Apple (15.3 %), mostrando un renovado apetito por activos de riesgo ante un alivio temporal en las tensiones comerciales.

Trump justificó su sorpresivo cambio de rumbo afirmando que “la gente se estaba empezando a poner nerviosa” y admitió estar siguiendo de cerca tanto el comportamiento de la bolsa, que describió como “apagada”, como el de los bonos del Tesoro, cuya rentabilidad alcanzó niveles alarmantes. El rendimiento del bono a 10 años, que había llegado a 5.02 % la noche anterior, moderó su alza a 4.34 %, calmando parcialmente los temores sobre el costo del endeudamiento y la salud económica a largo plazo.

La reacción positiva no se limitó a los mercados bursátiles. El precio del petróleo también se recuperó, subiendo 4.65 %para cotizarse por encima de 62 dólares el barril, tras días de caídas provocadas por el miedo a una recesión global. El oro, tradicional refugio en tiempos de incertidumbre, también avanzó un sólido 4 %, ubicándose en 3,108 dólares la onza. Incluso el bitcóin se benefició del clima de euforia, con una subida del 7 % que lo llevó hasta los 82,100 dólares.
Con este movimiento, los inversionistas parecen haber recibido una bocanada de aire fresco tras una semana marcada por la volatilidad y las pérdidas. Sin embargo, la decisión de Trump de mantener los aranceles contra China sigue generando interrogantes sobre el rumbo de la política comercial estadounidense y su impacto a largo plazo.
La jornada del miércoles queda marcada como un ejemplo de cómo una decisión política puede cambiar, en cuestión de horas, el ánimo de los mercados globales.