La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reiteró su rechazo al impuesto del 3.5% a las remesas aprobado recientemente por la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Aunque reconoció que la tasa disminuyó desde el 5% inicialmente propuesto, subrayó que el gobierno mexicano seguirá trabajando para eliminar completamente cualquier tipo de gravamen sobre los envíos de dinero que hacen los migrantes a sus familias en México.
Durante su conferencia matutina de este jueves, la jefa del Ejecutivo federal destacó la importancia económica y social de las remesas para el país. Señaló que estos recursos representan más del 3% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y son fundamentales para el sustento de millones de hogares mexicanos, particularmente en regiones con altos índices de migración.

Sheinbaum agradeció el trabajo del embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, así como el de la delegación de senadores mexicanos que realizaron gestiones diplomáticas en Washington para hacer llegar la postura del gobierno mexicano a los legisladores estadounidenses.
La mandataria insistió en que la imposición de un impuesto a las remesas penaliza injustamente a los trabajadores migrantes, quienes, a pesar de estar lejos de sus familias, contribuyen de manera crucial a la economía nacional. El gobierno mexicano continuará las labores de cabildeo y diálogo político para impedir que este impuesto sea aprobado en el Senado de Estados Unidos, donde aún debe recibir el visto bueno para entrar en vigor.
