Por María Carrillo
“Another One Bites the Dust”, el icónico sencillo del álbum The Game (1980) de Queen, es mucho más que una simple canción: es una revolución musical que transformó el panorama del rock y el funk. Lanzada en un momento crucial para la banda británica, esta canción se convirtió en un éxito mundial, redefiniendo la imagen de Queen y dejando una huella imborrable en la cultura pop.
Producida en Múnich por Reinhold Mack, “Another One Bites the Dust” marcó un cambio radical en el estilo de Queen. Hasta entonces conocidos por su distintivo sonido rockero, la banda sorprendió a todos con una canción influenciada por el funk y la música disco, géneros que dominaban las listas de éxitos en ese momento. Este audaz experimento musical fue clave para el éxito global del sencillo, que rápidamente alcanzó el número uno en las listas de éxitos de Estados Unidos.
Un aspecto fascinante de la historia de “Another One Bites the Dust” es la influencia de Michael Jackson en su lanzamiento. El Rey del Pop, admirador del talento de Queen, escuchó la canción y vio en ella un éxito en potencia. Su consejo a Freddie Mercury y al resto de la banda de lanzarla como sencillo fue decisivo. Gracias a esta sugerencia, Queen logró su primer número uno en Estados Unidos, consolidando su presencia en el mercado norteamericano.
La composición de la canción, obra del bajista John Deacon, es otro elemento que destaca en su historia. Inspirado en el riff de bajo de “Good Times” de Chic, Deacon creó una línea de bajo que se convertiría en uno de los aspectos más memorables del sencillo. La combinación de este riff con la poderosa interpretación vocal de Mercury y la producción impecable de Mack resultó en un sonido que desafió las expectativas de los fanáticos y críticos por igual.
Además de su éxito comercial, “Another One Bites the Dust” tuvo un impacto cultural significativo. Su ritmo contagioso y su estilo innovador hicieron que muchos oyentes en Estados Unidos pensaran erróneamente que Queen era una banda afroamericana, un testimonio del poder y la versatilidad de su música. Esta percepción subraya la capacidad de la canción para trascender barreras culturales y generar un impacto duradero.
El legado de “Another One Bites the Dust” continúa vigente más de cuatro décadas después de su lanzamiento. La canción no solo redefinió el sonido de Queen, sino que también abrió nuevas posibilidades para la fusión de géneros en la música popular. Su influencia se siente en numerosas canciones de rock, pop y funk que han seguido su estela, demostrando que un sencillo puede cambiar el curso de la historia musical.
En resumen, “Another One Bites the Dust” es mucho más que un hit de Queen: es una obra maestra que marcó un antes y un después en la música. Su capacidad para romper moldes y seguir resonando en la cultura contemporánea es un testimonio de la genialidad y el legado perdurable de Queen.