Durante una conferencia en la Representación Permanente de España ante la ONU, el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, expresó su descontento con la exclusión del rey Felipe VI en la toma de posesión de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum. Sánchez calificó la decisión como “inaceptable” e “inexplicable”, recordando que el monarca ha asistido a todas las ceremonias de este tipo desde su época como príncipe.
El líder español destacó que, dado el fuerte vínculo entre ambos países, resulta inaceptable que el jefe de Estado de España sea excluido. En respuesta, el gobierno español ha decidido no enviar ningún representante a la toma de posesión como señal de protesta.
Sánchez subrayó que esta exclusión afecta profundamente las relaciones bilaterales, que abarcan ámbitos como el empresarial, turístico y cultural, y lamentó que este obstáculo impida seguir construyendo una relación sólida entre ambos países. Además, mostró su frustración por las dificultades para normalizar las relaciones políticas con un gobierno que, como el de España, también es progresista.
Finalmente, concluyó enfatizando la necesidad de seguir trabajando en una agenda común que beneficie a ambas naciones, pero que actualmente se ve obstaculizada por una exclusión que no tiene justificación clara.