Por Samantha Guerrero
La comunidad de Santa Ana Ixtlahuatzingo, en Tenancingo, Estado de México, logró este miércoles la liberación de cinco hombres detenidos por la policía estatal tras más de 24 horas de bloqueos en las principales vías de acceso al municipio. Los habitantes defendieron a los detenidos, asegurando que eran víctimas de amenazas del crimen organizado y no responsables de extorsiones, como se les acusaba inicialmente.
Liberación por presión comunitaria
Los detenidos, identificados como Orlando N., Faustino N., Rogelio N., Humberto N. y Germán N., fueron liberados alrededor de las 13:30 horas después de que las autoridades confirmaron que no había cargos en su contra. La Secretaría de Seguridad había señalado inicialmente que los hombres fueron aprehendidos tras una denuncia al 911, en la que se reportó que cobraban extorsiones. En el operativo se les decomisaron una camioneta Jeep Liberty y 86 sobres con dinero en efectivo, presuntamente vinculadas a actividades ilícitas.
Sin embargo, los habitantes de Santa Ana Ixtlahuatzingo argumentaron que los detenidos eran campesinos y no extorsionadores. Según la comunidad, el dinero recolectado era destinado a cubrir “cuotas” impuestas por el crimen organizado para evitar represalias contra ellos y sus familias.
“Ellos no tienen culpa. Son campesinos que trabajan con la jamaica, y ese dinero era para proteger al pueblo porque sus vidas estaban en peligro”, afirmó un manifestante.
Bloqueos paralizan Tenancingo
Desde la mañana del martes, los habitantes cerraron vías clave, como la carretera Tenango-Tenancingo, la calle de las Rosas y otros accesos principales, en protesta por las detenciones. Estas acciones provocaron caos vial y afectaciones económicas en la región, además de la suspensión de actividades escolares en varias instituciones, como la primaria, la secundaria de Santa Ana y el Tecnológico de Estudios Superiores de Villa Guerrero.
Automovilistas y transportistas tuvieron que descender de sus vehículos para cruzar caminando, lo que generó momentos de tensión y conatos de bronca en algunos puntos.
La raíz del problema: cuotas obligatorias y amenazas
Los pobladores explicaron que los detenidos estaban obligados a recolectar dinero debido a las exigencias del crimen organizado, quien impone pagos de “derecho de piso” a los campesinos, delegados y mayordomos de la comunidad. Estas cuotas son consideradas obligatorias para evitar represalias, y quienes las recaudan lo hacen bajo amenazas.
“Aquí no somos delincuentes, somos víctimas. El gobierno debería ayudarnos en lugar de criminalizarnos”, expresó otro vecino durante la manifestación.
Los manifestantes recalcaron que los hombres liberados no actuaron por voluntad propia, sino bajo presión de grupos criminales que operan en la región.
Liberación y advertencia de la comunidad
Tras la liberación de los detenidos, los bloqueos se levantaron poco después de las 13:30 horas. Sin embargo, los habitantes dejaron claro que seguirán organizándose para exigir mayor seguridad y medidas efectivas contra el crimen organizado en su comunidad.
“La solución no es detener a nuestra gente, sino protegernos del verdadero problema: el crimen organizado. No queremos vivir con miedo ni seguir pagando cuotas”, declaró uno de los líderes comunitarios.
Hasta el momento, las autoridades no han emitido un comunicado oficial sobre la liberación de los detenidos ni sobre las demandas de seguridad planteadas por los habitantes de Santa Ana Ixtlahuatzingo.
Un llamado urgente a las autoridades.
La situación en Santa Ana refleja una problemática más amplia que afecta a muchas comunidades en México: la falta de protección frente al crimen organizado. Mientras los habitantes celebran la liberación de los cinco hombres, insisten en que el gobierno estatal y federal debe intervenir para brindar seguridad y garantizar la tranquilidad en la región.