Tapachula, Chiapas. La llegada de Donald Trump nuevamente al poder en Estados Unidos está generando una ola de incertidumbre entre los migrantes que intentan cruzar la frontera. Temiendo que nuevas políticas endurecidas bloqueen sus aspiraciones, miles de personas han optado por acelerar su travesía hacia el norte.
Desde las elecciones estadounidenses, el ritmo de las caravanas migrantes ha aumentado. Este martes, unas 2,000 personas salieron de Tapachula rumbo a Ciudad de México, sumándose a otras 14 caravanas registradas en lo que va del año. Los migrantes, en su mayoría provenientes de Venezuela, Honduras, Ecuador y Colombia, buscan llegar antes de posibles cambios en la política fronteriza.
Obstáculos y peligros en el trayecto
El proceso para solicitar una visa humanitaria a través de la plataforma CBP One ha resultado frustrante para muchos. Con tiempos de espera de hasta ocho meses y una creciente exposición al crimen organizado en México, quienes emprenden la travesía enfrentan secuestros, extorsiones y peligros constantes.
La violencia en regiones como Tapachula, donde operan redes de tráfico de personas, ha incrementado las dificultades. Según activistas locales, los costos para cruzar han subido hasta un 50%, y los albergues están desbordados. Por ejemplo, el albergue Belén, diseñado para 150 personas, alberga a más de 270.
Una lucha por sobrevivir
A pesar de los desafíos, muchos migrantes están decididos a seguir adelante. José Luis, un colombiano de 27 años, viaja junto a su esposa Yureni y su hijo Thiago, de cinco años. La familia dejó su país tras recibir amenazas de muerte. “Queremos cruzar antes de que Trump asuma la presidencia. No tenemos otra opción”, comenta José Luis mientras esperan unirse a otra caravana.
Crisis humanitaria en aumento
De enero a agosto de este año, más de 925,000 migrantes han ingresado a México, casi el doble que en el mismo periodo del año anterior. Entre ellos, más de 108,000 son menores de edad. Organizaciones como Save the Children y Médicos del Mundo advierten sobre las graves condiciones de salud y seguridad que enfrentan, especialmente los niños, quienes sufren deshidratación, ansiedad y riesgo de abuso sexual.
Conforme se acerca el cambio de administración en EE. UU., se prevé que el flujo migratorio siga aumentando. Aunque los migrantes enfrentan un camino lleno de riesgos, su esperanza de encontrar una vida mejor sigue siendo más fuerte que cualquier obstáculo.