By Procesados, urbanización y malos hábitos han empeorado la salud, impulsando el aumento de enfermedades crónicas y metabólicas.
Por Vannia Carmona
¿Te has sentido incómodo con síntomas como dolor abdominal, vómitos, náuseas o ardor en el pecho? Podrías estar enfrentando el síndrome de colon irritable (SCI), un trastorno funcional digestivo que, aunque benigno, afecta de forma crónica a millones de personas. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo, el SCI se caracteriza por la asociación de hinchazón abdominal, molestias y alteraciones en el hábito deposicional, como estreñimiento, diarrea o una combinación de ambos.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos enfatiza la importancia de una dieta saludable como clave para prevenir este tipo de problemas. Una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y productos lácteos puede marcar la diferencia. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que el aumento de alimentos procesados, los cambios en los estilos de vida y la urbanización han llevado a hábitos alimentarios que perjudican la salud general y aumentan el riesgo de enfermedades metabólicas y digestivas.
En este contexto, las fresas surgen como un alimento estrella para la prevención del SCI y el cuidado digestivo. Estas frutas destacan por su riqueza en fibra, vitamina C y antioxidantes, que incluyen polifenoles como el ácido elágico y antocianinas. Estas propiedades contribuyen a mejorar la salud intestinal al promover un tránsito digestivo adecuado, prevenir el estreñimiento y proteger las células del daño oxidativo. Según la Fundación Española de la Nutrición, estos beneficios hacen que las fresas sean ideales para prevenir enfermedades como el colon irritable y mejorar la salud general.
Desde la Universidad de Navarra señalan que no existe un mecanismo único para explicar el SCI, pero se identifican factores como intolerancias alimenticias, gastroenteritis, alteraciones hormonales, genética y aspectos psicológicos. A pesar de esta complejidad, la inclusión de fresas en la dieta podría ser un factor preventivo relevante, dadas sus propiedades digestivas y antioxidantes.
Las fresas no solo aportan beneficios para la salud, sino que su versatilidad en la cocina las convierte en un aliado ideal para el día a día. Puedes incluirlas en ensaladas, batidos, postres o consumirlas frescas, asegurando un aporte nutritivo que contribuye a un sistema digestivo equilibrado y reduce las molestias del SCI. Este pequeño cambio en tu alimentación puede marcar una gran diferencia en tu bienestar.
