Por Sharon Oropeza.
En septiembre de 2024, México abrirá al público la impresionante zona arqueológica de Ichkabal, un sitio que promete convertirse en uno de los principales atractivos turísticos del país. Conocido como el “Egipto mesoamericano,” Ichkabal se encuentra a 58 kilómetros de Bacalar y destaca por sus monumentales estructuras, entre ellas tres pirámides que superan en tamaño al icónico Templo de Kukulcán en Chichen Itzá. Con un terreno de 30 kilómetros cuadrados y construcciones que se elevan a más de 40 metros de altura, este sitio es uno de los vestigios más grandes y antiguos de la cultura maya.
Ichkabal fue descubierto en 1995 y ha sido objeto de intensas investigaciones y restauraciones. El sitio jugó un papel crucial en el desarrollo temprano de la civilización maya, con una ocupación que data desde el Preclásico tardío (400 a.C. a 200 d.C.) hasta el 1500 d.C. La ciudad cuenta con templos, pirámides y avanzados sistemas hidráulicos, como una cisterna recientemente descubierta que se utilizaba para almacenar agua y maíz. Estas características, junto con una plaza principal de 300 metros de largo, reflejan la importancia política y cultural que tuvo Ichkabal en su apogeo.
El renacimiento de Ichkabal no solo tiene un valor histórico, sino que también se integra en el proyecto del Tren Maya, que conectará esta zona con otros sitios arqueológicos importantes de la región. La apertura de Ichkabal coincide con otros desarrollos en la región, como la inauguración del Hotel Tren Maya Palenque en Chiapas y el Parque del Jaguar en Tulum. Este renacer de la ciudad maya se perfila como un pilar fundamental del turismo arqueológico en México y una oportunidad para que el mundo redescubra una de las civilizaciones más enigmáticas de la historia.