Por Vannia Carmona
La planta de BMW en San Luis Potosí es un hito en la expansión internacional de la marca alemana, destacando a México como un socio clave en su estrategia global. Inaugurada para producir vehículos premium, la planta aporta cerca del 4% de la producción global de BMW, aprovechando la ubicación estratégica del país y sus tratados de libre comercio para acceder a Norteamérica y América Latina. Este proyecto no solo se enfoca en la manufactura, sino en establecer una base flexible que fortalece la capacidad de BMW para adaptarse a las demandas del mercado global.
La elección de México ha probado ser acertada, ya que el talento local cumple con los rigurosos estándares de BMW. La planta ha sido reconocida con el premio J.D. Power tras solo seis meses de operación, destacando la calidad en el ensamblaje del BMW Serie 2 Coupé. A lo largo de los años, ingenieros y técnicos mexicanos han sido capacitados en otras plantas globales, adquiriendo y compartiendo conocimientos que benefician la operación global de BMW. Asimismo, la colaboración entre culturas ha permitido desarrollar una “cultura híbrida” en la planta, combinando la precisión y planeación alemana con la flexibilidad mexicana.
Además de su impacto económico, la planta contribuye al desarrollo local mediante iniciativas de responsabilidad social en San Luis Potosí, colaborando con programas de educación y bienestar. La planta de BMW en México no solo impulsa el crecimiento del país en la industria automotriz, sino que también fortalece los lazos globales de la marca, demostrando cómo una multinacional puede integrarse exitosamente en una comunidad y apoyar su desarrollo.