By Cuando pensamos en ciencia ficción, solemos imaginar invasiones alienígenas y viajes interestelares. Sin embargo, Contacto (1997), dirigida por Robert Zemeckis, nos lleva a un terreno mucho más realista y provocador. Este thriller, basado en la novela de Carl Sagan, propone una historia tan creíble que incluso incomodó a la Casa Blanca en su momento.
Protagonizada por Jodie Foster, la cinta sigue a la doctora Eleanor Arroway, una científica que descubre una señal extraterrestre enviada desde la estrella Vega. Este hallazgo pone en marcha una carrera mundial por desentrañar el mensaje, financiado por un excéntrico millonario, mientras el mundo observa con asombro, escepticismo y temor.
Lo que hace única a Contacto es su atención al detalle y su tratamiento de los eventos como si fueran reales. Desde el montaje que incluye discursos editados de Bill Clinton —un detalle que provocó quejas formales desde la Casa Blanca— hasta la representación de la competencia geopolítica y el impacto social, todo en la película es una especulación plausible sobre cómo reaccionaríamos como humanidad.
Pero la historia detrás de su creación es igual de fascinante. Tras años de estar en el “limbo”, la película finalmente se concretó bajo la dirección de Zemeckis, quien heredó un proyecto que había pasado por manos de otros realizadores como Roland Joffé y George Miller. Aunque la cinta recibió críticas por su duración, hoy se considera una obra de culto que trasciende su época.
En un momento donde la ciencia ficción busca constantemente superar barreras visuales, Contacto destaca por su profundidad emocional y su capacidad para plantear preguntas esenciales. ¿Estamos realmente preparados para responder si alguien más está escuchando?
