El lunes por la tarde, las principales plataformas de Meta —WhatsApp, Instagram y Facebook— sufrieron una caída global que dejó a millones de usuarios con problemas para enviar mensajes, publicar contenido y acceder a servicios clave. La incidencia, registrada inicialmente a las 18:35 (hora peninsular española), generó un aluvión de reportes en países de todo el mundo, según la web DownDetector.
En WhatsApp, los mensajes no se enviaban correctamente, mientras que en Instagram y Facebook, las publicaciones eran imposibles de cargar o visualizar. Incluso Threads, la nueva apuesta de Meta, se vio afectada, especialmente en países como Estados Unidos, donde concentra gran parte de su base de usuarios.
Una respuesta tardía, pero efectiva
Meta reconoció los problemas a través de su cuenta oficial en X, afirmando:
“Somos conscientes de que un problema técnico está afectando la capacidad de algunos usuarios para acceder a nuestras aplicaciones. Estamos trabajando para que todo vuelva a la normalidad lo antes posible y pedimos disculpas por cualquier inconveniente.”
Aunque los servicios comenzaron a restablecerse parcialmente a las 19:30 horas, los problemas intermitentes persistieron hasta bien entrada la noche. Finalmente, a las 23:20 horas, Meta comunicó que el 99 % de los servicios estaban nuevamente operativos, aunque seguían realizando ajustes finales para garantizar su estabilidad.
Tercera caída del año: ¿un patrón preocupante?
Esta no es la primera vez que Meta enfrenta interrupciones masivas en 2024. En marzo y abril, las mismas aplicaciones sufrieron problemas similares, afectando a millones de usuarios en todo el mundo. Estos eventos generan dudas sobre la fiabilidad de los servicios tecnológicos de la compañía, especialmente en plataformas esenciales como WhatsApp, que cuenta con 2.000 millones de usuarios.
Meta: un gigante tecnológico en constante desafío
WhatsApp, adquirida por Meta en 2014 por 21.800 millones de dólares, se ha convertido en la plataforma de mensajería instantánea más utilizada del mundo. Sin embargo, estas caídas globales reflejan la vulnerabilidad de la infraestructura tecnológica de la compañía y la gran dependencia de los usuarios en sus servicios.
Mientras los problemas ya parecen estar bajo control, esta interrupción global deja una pregunta abierta