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Por Frida Rebollar.
Viajar por México es descubrir una increíble riqueza gastronómica que cambia con cada región. Desde el picante del norte hasta los sabores complejos del sur, la comida mexicana es una expresión viva de su historia y cultura.
Por ejemplo, en el norte, los cortes de carne y los burritos son imprescindibles en Chihuahua y Sonora, mientras que en la Huasteca Potosina los zacahuiles, enormes tamales envueltos en hojas de plátano, son parte de las celebraciones tradicionales.
En el centro del país, la barbacoa de Hidalgo y el mixiote de cordero resaltan en los días festivos, mientras que en Guerrero, el pozole verde es un plato infaltable en cualquier fiesta.
El sureste es un paraíso de sabores: el pan de cazón de Campeche, el puchero tabasqueño y los tamales de chipilín en Chiapas muestran la influencia maya en su cocina.
México es una nación de sabores, aromas e historias. Cada platillo tiene una tradición detrás y es un legado que sigue vivo en las cocinas y mercados del país.
